domingo, 11 de noviembre de 2012

RIMA XXX




Asomaba a sus ojos una lágrima


y a mi labio una frase de perdón;


habló el orgullo y se enjugó su llanto,


y la frase en mis labios expiró.




Yo voy por un camino; ella, por otro;


pero, al pensar en nuestro mutuo amor,


yo digo aún: —¿Por qué callé aquel día?


Y ella dirá: —¿Por qué no lloré yo?




Gustavo Adolfo Becquer