si no ignorases lo que tanto anhelo,
ni tu tendrias desespero y llanto,
ni yo dudaria del azul del cielo.
Los dos sentimos que nos cubre un velo,
pero ahora ese desvelo yo levanto;
y ambos sabemos que termina en duelo,
entre un miesterio prodigioso y santo.
Algo agoniza, y al morir transido,
surge de la visible sepultura
la rosa del amor, que hacia el olvido,
en el eterno olvido siempre dura;
mas alla del amor hemos vivido,
alli donde al amor se transfigura.
Pedro Prado
No hay comentarios:
Publicar un comentario